

En los últimos 23 años, hemos conseguido que el Museo Victoriano del Ciclismo pase de una huella de carbono anual de 15 toneladas a una huella de carbono negativa de 8 toneladas. Esto se ha conseguido añadiendo nuevos usos energéticos: 1) Alimentar los dos coches eléctricos, y 2) Mantener caliente la granja de cítricos bajo cero en invierno. La antigua línea de gas natural que llegaba al edificio ya no existe. Sólo hay energía solar procedente de los paneles del tejado.